El deseado descanso estival

Por Merche R. del Castillo, psicóloga clínica. Mindfulness e Inteligencia Emocional

El verano es una época de descanso. Los días se hacen más largos, muchas jornadas laborales se reducen a medio día, las temperaturas aumentan y el cuerpo necesita más descanso, ya que el calor produce mayor fatiga. Durante esta época, nuestra vida social se hace más intensa, y el hecho de tener más tiempo libre y de sentir cercanas las vacaciones, suelen mejorar nuestro estado de ánimo.

El verano es también un periodo de reflexión, un momento de cambio e inflexión. Para muchos la vuelta del verano significa un nuevo comienzo, coincide también con el nuevo curso escolar de los hijos y se producen también cambios a nivel laboral, con lo que para muchos estas vacaciones veraniegas se convierten en un final de temporada. Es el momento de pensar qué hacer con nuestros proyectos, con nuestras ilusiones, es decir, con nosotros mismos. Y esta también es una época de más convivencia entre parejas, padres y madres e hijos y muchas veces una mala gestión emocional puede acabar en más riñas y mayores conflictos. Según los estudios de Wilhem Reich, psiquiatra y psicoanalista austriaco, el verano es el periodo de mayor carga y de plenitud emocional, en el que se producen muchos de nuestros procesos internos, a pesar de que todo parezca mucho más exterior.
Por todo esto, es muy importante saber gestionar bien las emociones, y una muy buena herramienta para este propósito es el Mindfulness o Meditación. Te invito a que tomes, aunque solo sea 10 minutos al día, para introducir esta nueva rutina en tu vida que te traerá paz interior y un mayor bienestar para relacionarte con los demás de una forma mucho más equilibrada.

En las siguientes líneas encontrarás un ejemplo de meditación guiada para relajar el cuerpo y descansar la mente:

“Busca un lugar cómodo y tranquilo en el que puedas estar por unos minutos sin interrupciones, toma una postura cómoda en la que tu cuerpo se encuentre relajado y sin tensiones; poco a poco ve cerrando tus ojos y tomando un par de respiraciones más profundas, permite que tu vientre se hinche al inhalar y se deshinche al exhalar… y ve llevando tu atención al cuerpo, observa el peso de tus piernas, permite que tus hombros se relajen y también tu rostro, la mandíbula, permite incluso que tu boca se entreabra para relajar aún más esa zona. Y así, lentamente vas tomando conciencia de aquellos lugares de tu cuerpo en los que acumulas una mayor tensión, permitiendo que con tu respiración, estos se vayan relajando, aflojando, soltando toda esa tensión acumulada, y permanece por unos instantes sin hacer nada, tan solo tomar conciencia de esa quietud de tu cuerpo y respirar, sentir el aire entrando y saliendo libremente, sentir su movimiento, su danza… Así de sencillo”

Practica este tipo de ejercicios al menos una vez al día. Esto te ayudará a sentirte en un estado de mayor calma, y si quieres encontrar más meditaciones guiadas de este tipo, tal vez te apetezca visitar esta página, www.medita.online, en ella puedes acceder a meditaciones tanto en directo como grabadas de una manera gratuita.

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