Por Merche R. del Castillo, psicóloga clínica. Mindfulness e Inteligencia Emocional
El verano es una época de descanso. Los días se hacen más largos, muchas jornadas laborales se reducen a medio día, las temperaturas aumentan y el cuerpo necesita más descanso, ya que el calor produce mayor fatiga. Durante esta época, nuestra vida social se hace más intensa, y el hecho de tener más tiempo libre y de sentir cercanas las vacaciones, suelen mejorar nuestro estado de ánimo.
El verano es también un periodo de reflexión, un momento de cambio e inflexión. Para muchos la vuelta del verano significa un nuevo comienzo, coincide también con el nuevo curso escolar de los hijos y se producen también cambios a nivel laboral, con lo que para muchos estas vacaciones veraniegas se convierten en un final de temporada. Es el momento de pensar qué hacer con nuestros proyectos, con nuestras ilusiones, es decir, con nosotros mismos. Y esta también es una época de más convivencia entre parejas, padres y madres e hijos y muchas veces una mala gestión emocional puede acabar en más riñas y mayores conflictos. Sigue leyendo